En esta semana denunciamos el maltrato y la violencia intrafamiliar, que debiera resultar inimaginable en el siglo XXI, desgraciadamente todos conocemos las cifras escandalosas que aparecen un día sí y otro también, destacando esta lacra social.
En una mayoría de casos aparece como detonante y origen de la violencia y el maltrato el consumo de drogas, básicamente alcohol y/o cocaína, que alteran la capacidad de reflexión y pensamiento del consumidor, embruteciendolo de tal manera que sólo le deja funcionar al cerebro instintivo y emocional, donde asienta lo pulsional y primario; soltando al animal que llevamos dentro: «valiente» con lo débiles e indefensos y cobarde y ruín ante los fuertes.
A estas alturas de la película no vale contraargumentar, alegando desconocimiento o sencillamente que uno se dejó llevar, que no era consciente de lo que hacía, que la culpa era debida a los tragos de más o a las rayas de menos.
Todas las personas están hartas de escuchar y ver lo que sucede por un consumo inadecuado de alcohol e indebido de otras drogas. No debieramos oir que aún alguien justifique estas miserables conductas, como atenuantes, al estar bajo el efecto de estas drogas. Es más, algunos maltratadores buscan estas intoxicaciones para descargar su agresividad en sus allegados.
Además, ¿ en qué quedamos, el alcohol es atenuante en la vida civil y agravante en la militar ?
NO A LA JUSTIFICACION DEL CONSUMO DE DROGAS COMO ATENUANTE EN CASOS DE MALTRATO Y VIOLENCIA.