(Adddictioncapetown.blogspot.com)
Andamos muy revueltos estos días, en la prensa española, hablando del CHEMSEX, un postureo «underground», muy común entre homosexuales, que de forma progresiva y por el boca-oído, se está extendiendo entre los heterosexuales.
No es otra cosa que el eterno deseo de alcanzar la omnipotencia sexual y el orgasmo permanente, y no precisamente bajo su modalidad de priapismo, utilizando productos químicos, vulgarmente denominadas drogas, que den cabida a la realización de ese deseo.
Frecuentemente se recurre a la cocaína, con resultados muy dispares e incluso anorgásmicos, es lo que entre ambientes de prostitución se conoce como «Fiesta Blanca», para prolongar la actividad sexual.
«Lo más chic o in» o » fashion o cool», es ponerse con psicoestimulantes anfetamínicos, o como están haciendo los periódicos con esta noticia, promover una campaña de marketing y publicidad gratis, a los capos de la droga vía internet, que promueven las catinonas y la mefedrona (Fertilizante agrario), como drogas sexuales.
Si lo anterior no sirve, ahí está el omnipresente alcohol mezclado con las «pastillinas azules o viagra», que parecen empinar al pino, aunque a veces acabe siendo tejido del abrigo de madera. O entre la polilla en forma de SIDA.
Aquí va un link muy clarificador:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-11-05/chemsex-sexo-drogas-moda-sexual-sanidad-inglesa-british-medical-journal-peligrosa_1083658/
El THC-MEX hace referencia a lo que ha aprobado hace unos días, el Tribunal Supremo de Méjico, conocido como la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como la prevalencia del derecho a la libertad de conciencia individual por encima al de la protección de su salud, por lo que se permite el consumo de marihuana a cuatro ciudadanos mejicanos, que solicitaron amparo a este tribunal.
Y esto nos lleva a la denuncia de la OMS, en relación al consumo de carnes rojas elaboradas, como las que se utilizan de forma masiva en la comida TEX-MEX, y que tan rica y suculenta nos parece, hasta el punto de generar cuasidependencia, y solo hay que ver sus homónimas de Fast-food y la epidemia de sobrepeso y obesidad que están originando, en el mundo occidental.
Muy bien la idea de libertad individual y la capacidad de decidir con respecto a su propio cuerpo, en los mayores de edad. Pero tal vez hubiera que pensar en introducir un copago sanitario, en aquellos individuos que deciden libremente malgastar su salud, al asumir conductas de riesgo y que no por ello debemos sufragarlas los que sí se cuidan, practican actividades físicas, comen con moderación y saludablemente y no fuman, no beben, no se drogan, no practican deportes de riesgo extremo, o realizan conductas extravagantes que comprometen su seguridad y las de los demás. Allá ellos con lo que deciden hacer. Son libres, ¡ faltaría más !; pero que se paguen sus excesos. No nos lo carguen a los demás vía impuestos, o en detrimento de otras aplicaciones colectivas comunitarias.
Aquí como los de Aravaca, cada uno que gaste de su petaca.
Las fotos utilizadas han sido «copiadas» sin ánimo lucrativo, únicamente pedagógico y de sensibilización y educación sanitaria.
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