La metadona tiene su origen durante el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes pierden el control sobre los campos de adormidera y no pueden conseguir opio para obtener morfina. Sus químicos sintetizan entonces el Hidrocloruro de Metadona, como sustitutivo de la morfina, para paliar el dolor y sufrimiento de sus soldados heridos.
La Metadona es un polvo cristalino blanco, soluble en agua y alcohol, que con el conservante adecuado, se mantiene estable durante 4 meses, eso si no le da la luz.
Se absorbe muy bien por vía oral y tambien por vía subcutánea y muscular, pero no se aconseja la vía inyectable porque produce dolor en el punto de inyección, irritación e induración de tejidos subcutáneos.
Se utiliza como analgésico en pacientes con dolor intenso, cuando en éstos no sea adecuado usar morfina. Su otra utilización es en el tratamiento de drogodependientes a Heroína, como agente sustitutivo, que ayude a salir de la dependencia de la aguja y al ser un sustitutivo de la droga, evita la «querencia» o ansia-ganas por la misma y evita que aparezca el síndrome de abstinencia.
Su efecto analgésico aparece a los 10-20 mn. de su administración inyectada y a los 30-45 mn. por vía oral. La dosis analgésica oscila entre un mínimo de 2,5 y 10 mg. y se administra cada 6-8 horas, ajustando la dosis a la respuesta en los primeros día de la administración.. Por su efecto acumulativo, se suele dar en procesos crónicos en dos tomas al día.
Otra posible utilidad de la metadona, más desconocida, es su empleo como antitusivo en cánceres broncopulmonares, en forma de jarábe o solución oral en dosis de 2 mg cada 4-6 horas.
Se presenta en solución líquida en una proporción de 1mg/ml y también en comprimidos orales de 5mg, existiendo dosificaciones mayores para uso hospitalario.
La metadona se acumula en el organismo y hace que su efecto sea más prolongado que el de la morfina. Tiene riesgo de producir parada cardiorespiratoria y edema pulmonar por sobredosis.
La metadona es muy peligrosa para aquellas personas, que no tienen tolerancia a los opiáceos, y sobre todo en niños, que son los que han podido fallecer de forma accidental, al beberse la dosis dejada en el frigorífico por algún familiar adicto a la heroína. Así se dice que dosis de 50 a 100 mg. pueden ser mortales para personas sanas y 10-20 mg. para niños.
A los 5 años de tratamiento con metadona, sólo un 10-20 % de los adictos están totalmente abstinentes y no consumen heroína. Con todo es el mejor tratamiento farmacológico actual, a la espera del programa con buprenorfina-naloxona; porque facilita la integración social y familiar del adicto, disminuyendo los riesgos y complicaciones de la heroína.
Su vida media es de 24-36 horas, lo que la hace útil en el tto. sustitutivo de opiáceos, con una única toma al día, que oscila entre 40-80 mg. de promedio.
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